Tortura en el Aire!!

Hola S,

¿Te conté los bellos recuerdos acerca de mi viaje a Miami, para reencontrarme con mi hermana después de siete años?

Volé por la hoy desaparecida aerolínea Faucett, “El encanto de un país es el saber sonreír” ... aún cuando creo que ese slogan le pretenecía a Aero Perú, te voy a demostrar que a veces eso no es tan sostenible.

Muy emocionada el día del vuelo, llegué al aeropuerto, hice el check-in, ingresé al avión y una vez sentada, miré a mis vecinos. En el centro un adolescente de 15 años, más o menos, y a su costado había un chico muy simpático. Todo apuntaba a un lindo y tranquilo vuelo.

Luego de una pequeña espera comenzó a moverse el avión y el adolescente también. Una, dos, tres, moviditas y el chiquito no sólo agarró viaje sino también la bolsa para vomitar. El adolescente estaba borracho!

Me paré y le pedí a la hostess que me cambiara inmediatamente de asiento. El avión estaba full y no había mucho espacio disponible. Me dijo que había un asiento mas adelante pero no reclinaba. Sin importarme lo acepté rapidamente. Prefería un incómodo vuelo a un insoportable olor a vómito. Si alguna vez te ha tocado un asiento similar, ya sabrás porque sólo duré cinco minutos, el dolor a la columna también fue insoportable.

Nuevamente me paré y quise regresar a mi sitio, pero ¡sorpresa! la mamá el hermano y la hermanita estaban sentados todos juntitos totalmente dormidos, comprendí que ese sitio ya se había convertido en mi ex asiento.

Hostess!!!! Me enviaron al área de fumadores, debo decirte que en esa época yo era asmática y no era conveniente esa localidad, pero no había otra alternativa. Me senté y debo haber sido la pasajera que batió el record de haber estado sentada el menor tiempo posible, cual resorte me paré y …

Hostess!!!! otra vez, “Me ahogo, no puedo seguir allí”. Todas las hostess me miraban sin saber qué hacer, hasta que una de ellas me dijo “Tenemos un asiento, pero la mujer que está sentada al costado no quiere a nadie a su lado”, yo muy valiente y dispuesta a todo, les dije “No me importa, una pasajera no puede decidir quien se sienta a su lado, yo quiero ese asiento”.

Ya había pasado media hora y yo aún no podía disfrutar de mi vuelo como todos lo hacían. Cada paseo por los pasillos del avión, podía observar como todos ya estaban durmiendo, y yo, tratando de encontar un asiento, Si algunas vez has viajado parada en un microbus, esto era algo parecido iba de adelante hacia atrás con poco éxito. Por instantes me parecía que estaba en uno de ellos y no en un avión.

Me llevaron al sitio y me encontré con un fardo funerario, allí había una mujer tapada de pies a cabeza, yo no sabía lo que había debajo de esas mantas. Le dije muy educada “Permiso, por favor”, respondiéndome muy amablemente “¡¡Salta!!”. Yo esperé que reaccionara como yo lo hago cada vez que llegan los demorados al cine, encoges las piernas o te pones de costadito para que los lentos pasen. En este caso, simplemente tocaba pasar encima de ella y sentarme.

Eureka!!! finalmente lo lógré. Y ahora sí, por fin, comenzaba a disfrutar de mi viaje.

Apoyé mis esculturales brazos en las coderas del asiento y para mi sorpresa la mujer también hizo lo mismo, comenzó lo que yo he denominado "la batalla de los codos". La mujer me decía que me arrime, yo le respondía que era mi sitio, ella me decía que no era mío ni suyo, que le pertenecía a la aerolínea, muy didáctica la mujer a esa hora de la madrugada.

No sé qué hora sería pero no soporté la presión y comencé a llorar con una pequeña y moderada bulla para no importunar a los vecinos, la mujer me pidió que me callara, yo le dije que no me daba la gana y opté por llorar asegurándome que me oyera. Por supuesto que el del costado solo atinaba a mirarnos…..

No recuerdo cómo pasé del llanto al sueño, ya te imaginarás que esa noche no hubo ni siquiera una frazada para mí. Sin embargo debo haber dormido tan profundamente que lo siguiente que escuché fue, “Señores pasajeros en breves minutos serviremos el desayuno” o algo parecido, pero que venía el desayuno, eso era seguro.

Mi primera reacción fue mudarme de lugar, no había que ser muy inteligente para imaginar que esa loca era capaz de tirarme el desayuno encima. Por lo tanto regresé al asiento no reclinable, dada las ciscunstancias ahora, era más soportable ese sitio que el fardo agresor.

Una vez allí, encontré a un pasajero que estaba casi echado en ambos asientos. Estoy segura que no le hizo mucha gracia que yo lo arrimara. Con una mueca fea en la boca, tuvo que hacerlo nomás.

Bacán, me llegó el desayuno, después de tanta acción vivida en el avión me había sentido como cuando Jodie Foster buscaba a su hija en “Flightplan.”

Que delicioso me pareció el desayuno, era la primera sensación agradable que yo sentía desde que subí al avión.
Todo marchaba sobre ruedas o debo decir en el aire, hasta que me ofrecieron el feo cafecito caliente.

No me vas a decir que el café del avión no es horrible?? ….levanté el vasito de plástico para sorber el cafecito, para mi asombro la tacita tenía un huequito y por el huequito chorreaba el cafecito!!! … Yo atónita miraba esta situación y comencé a recordar cual película de terror todo lo que me había sucedido desde que que había subido a ese avión…….otra vez a llorar….. Se acercó la hostess algo asustada, y comencé a contarle toda la historia desde el principio hasta el cafecito hueco y uuuuaaaaaa!!!!, por supuesto que había concitado la atención de todos los vecinos colindantes, todos tenían esa cara de risa contenida, incluida la de la amable hostess.

Hasta hoy no puedo creer que todas esas situaciones ocurrieron durante un solo vuelo. En fin, ya solo faltaban 30 minutos y nuevamente recordé que hacia siete años no veía a mi hermana. ¡Qué bacán ya faltaba poco!

Luego del pase de migraciones, pensé en llamarla por teléfono, en caso se hubiese olvidado de recogerme, pero no tenía monedas, recuerda que en esa época no existían los celulares, y tampoco tenía anotado su número telefónico….

Finalmente cuando apareció me encontró llorando otra vez, ella pensaba que era por la emoción de los siete años, hasta que le conté el placentero viaje que había tenido y que si ahora lloraba era por su demora de más de una hora.

Años después la aerolínea Faucett desapareció...honestamente, debo admitir que durante todo el vuelo ese fue mi mayor anhelo.

Bs
Ariana

6 comentarios:

  1. Pobre Ari … realmente el titulo de tu historia le hace honor al contenido !!!
    Como decirte que me encanta viajar … lo que me disgusta es la idea de estar tantas horas sentada mordiendome las rodillas porque los asientos parecen estar hechos para enanos, en un avion lleno de gente bulliciosa, maleducada y con demasiado equipaje de mano … holy crapppp !!!

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  2. Eso es verdad, hace tiempo que los aviones se convirtieron en combis aereas. Incluso hay muchas que ya te cobran los alimentos, propiciando que cada uno lleve su loncherita o de repente sus tallarines en bolsa, o peor aún, de repente un ocurrente comienza la venta asolapada on-airline.

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  3. Por eso cada vez que tengo que viajar sola me vienen unos sintomas de ansiedad incontrolables ...no por el vuelo...sino por que no sabes con que loco o loca vas a tener que compartir el vuelo.

    Todavia me acuerdo del vuelo que tome de Istambul a Munich hace unos anos...el tipo que se sento a mi lado (por supuesto aleman) se veia tan raro que decidi pretender estar dormida todo el viaje...solo pretendi...pues por el rabito del ojo...veia como el tipo se iba robando todos los goodies que la azafata iba poniendo en mi mesita...vi como se robo el pan...la mantequilla...los cubiertos -que en esa epoca eran de verdad-...la botellita de agua...la toallita para las manos... y lo que mas me dolio fue el Tobleron que pusieron al final del viaje...se veia tan rico...pero despues de tanto asalto no me atrevi ni siquiera a agarrar mi propio Tobleron...trate de hacerlo muchas veces, pero al final no tuve el valor...me senti tan amenazada...que decidi cederselo...Como psicologa frustrada que soy...pasaron muchos pensamientos por mi cabeza del por que este tipo se robaba mis goodies...mi conclusion fue..."otro aleman que cree que la guerra todavia no ha terminado...poor guy..." Ya ves? ...todos hemos tenido una experiencia poco grata en el aire...

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  4. Si, yo tuve otra más peueña en el Lima-Madrid, tantas horas de vuelo, y taan pequeños los asientos..a mi lado se sentó un gordo horrible, que dormía con las piernas abiertas, Te imaginas yo en ventana tratando de arrimarle las piernas y encima tratando de salir de vez en cuando....muchas veces las aerolineas son las causantes de tanta incomodidad.
    Ari

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  5. Yo he optado por siempre sentarme en el asiento del pasillo ... prefiero que me golpee la hostess con el carrito (¡¡me ha pasado!! más de una vez!) o tener que moverme para que los del costado vayan al baño! Claro que eso no te salva si el del costado ronca o, peor aún, está peleadísimo con el desodorante!
    Schere

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  6. Hablando de vuelos y viajes, me acuerdo una vez que de lo mas ilusionada viajaba por primera vez a Europa. Mi primera parada era a visitar a mi enamorado que desde hacia unos meses trabajaba en Suiza … Teniamos planeado ir a Italia en su carro, romantiquisimo. Todo fue de maravilla en Suiza, pero cuando llegamos a Roma, parece que comenzaron sus “vacaciones” y el muy tarado se dedico a dormir, se despertaba a las 12 del dia … whattttttt ??? El iba a vivir alli por lo menos 4 anos, en cambio yo tenia los dias contados y como te explico que no soy muy fan de la dormidera, la verdad me parece una perdida de tiempo y en este caso super egoista de su parte. Le aguante 2 dias el salto, al tercero me mande mudar con un griego que conoci … era lindo y como estudiaba arquitectura, el recorrido por las iglesias y las innumerables plazuelas que hay, fue una experiencia maravillosa.

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