I say a little prayer for you


The moment I wake up before I put on my makeup, I say a little pray for you. While combing my hair now and wondering what dress to wear now, I say a little prayer for you (Aretha Franklin)

Hola Darling,

A propósito de la Semana Santa, te cuento que hace unos días tuve que asistir a una misa de difuntos organizada por mi madre … uso el verbo “tuve” porque habiendo sido organizada por my mother ¡tenía que asistir sí o sí! Tú sabes que yo no soy precisamente asidua a la iglesia ¿no? … o sea, asisto a bodas, bautizos, celebraciones de aniversarios y últimamente a misas de difuntos, pero punto! Eso hace que nunca recuerde muy bien cuando debo sentarme o pararme, y que en ocasiones diga “amén” cuando debería decir “te lo pedimos señor” o cosas por el estilo (por eso cada vez que digo algo lo digo en voz bajísima, prácticamente murmuro) … ¡te juro que a veces hasta me equivoco con el Padre Nuestro! Por eso no me extrañó que mi madre no me pidiera que participe activamente en la ceremonia, no obstante que la misa era para una tía muy querida. Mi única obligación era llegar a tiempo (obligación que mi madre se encargó de recordarme en forma reiterada) y la cumplí! Llegué antes que el cura y me ubiqué tres filas detrás de mi madre, que como te imaginarás estaba en la primera.

Empieza la misa, y en eso el Padre anuncia con solemnidad la primera lectura. Yo curiosa, miro a mi derecha, luego a mi izquierda, para ver quien era la o él elegido. Nadie se movió. En eso me encuentro cara a cara con mi madre quien con voz de mando me dice: “¡tú!” … yo sorprendida hago un gesto de “¿yo?” … ella me responde enfáticamente “¡sí tú!” , y con un movimiento de ojos - que me transportó a mi infancia - me indicó “¡muévete ya!”. Como comprenderás, me puse en marcha en el acto … no estaba muy segura de lo que tenía que leer pero sabía que si no me dirigía rápidamente al podio lo iba a lamentar!!! Mientras caminaba a paso de polka, me iba preguntando “¿y hora qué hago? ¿y ahora qué hago?” … cuando pasé junto a mi madre ella me susurró “la seis” … yo pensé “¿la seis? ¿qué seis?” … recé para que en efecto las lecturas estuviesen numeradas y que en el libro que yacía sobre el podio hubiese una con el número 6!

Para mi suerte, una vez que llegué al lugar de los hechos encontré la lectura con el número “6”!!! aliviada, empecé a leerla. A medida que avanzaba me empezaron a asaltar una serie de dudas … ¿hasta dónde debo leer? ¿se supone que yo diga “es palabra de Dios” o eso lo dice el cura? ¿tengo que leer una lectura o dos? … ¡no sabes los nervios! Sentía la mirada de todos los expertos en misas, en especial la de mi madre, y temblaba … tú dirás “¡qué exagerada!”, no darling, no, si tú conocieras a mi madre entenderías! Ella no podía quedar, frente a familiares y amigos como una madre que no le enseñó a su hijita cómo seguir una misa! ¡Yo, no podía dejarla mal!

Cuando terminé de leer hice una pequeña pausa esperando a ver si el cura se arrancaba con el “es palabra de Dios”, como no dijo nada yo me lancé … la gente respondió con entusiasmo … respiré! Volví a hacer una pequeña pausa para ver si recibía una indicación de seguir con la siete … silencio … decidí regresar a mi sitio sin levantar la mirada de suelo, por si acaso!!!!

Al terminar la misa le pregunté a mi madre porqué no me había avisado con anticipación que iba a tener que leer una de las lecturas, si ella sabe perfectamente que en materia de misas soy una ignorante!!! Me respondió que la persona que iba a leer no llegó a tiempo y que no le quedó otra opción que mandarme a mi ¿qué tal? Le pedí que en el futuro evite correr esos riesgos, si voy a ser el backup me tiene que avisar para entrenarme o no respondo por cualquier error que pueda cometer !!!!! ¿no te parece?

Bsote!

Schere

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